Hasta 1910 los infartos y las embolias eran prácticamente desconocidas, los hombres de edad adulta no necesitan tomarse un aspirina a diario para estar bien del corazón, o viagra para disfrutar del sexo.
En esa época en resumidas los seres humanos permanecíamos relativamente sanos sin necesidad de dietas, o productos dietéticos, ni cuantas calorías había que consumir, o quitar huevos o carnes rojas, ni ir al gimnasio para estar en forma, intervinieran en la evolución.
Algo sucedió en el siglo XIX donde aparecieron nuevos padecimientos, lo mismo nuevas medidas para controlarlas.
Las aspirinas, antidepresivos, antidiabéticos, anti colesterol, son tratamientos nuevos para enfermedades cuyo crecimiento se ha vuelto incontenible pero la solución no es utilizar fármacos por que con eso no corregimos la causa si no las manifestaciones.
La causa de ese deterioro en la salud colectiva, reside en los alimentos que hemos consumido en las ultimas décadas.
El cuerpo no cambio lo que cambio es la calidad de lo que se come.
El gran problema reside en los alimentos procesados que se comen a diario.
No se parece en nada a lo que consumían nuestros abuelos.
Ese plato de cereal, la pechuga de pollo asada el aparente sano sándwich de queso, podrían estar sembrando en nuestro organismo,semillas de daños irreversibles.
Durante miles de años los alimentos que fueron necesarios para nuestro organismo aparte de brindar salud y bienestar. Pero con la revolución industrial, trajo la transformación alimentaria, nos dejo como herencia combustibles, que ahora no nutren como antes,
Además de saturar nuestro organismo de sustancias químicas innecesarias.
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Gracias por su atención, nos encontramos en un próximo artículo.
Pedro Pinzón
Director «pinpao.co»
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